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¡No te pierdas esta oportunidad de ser parte de una experiencia única! Te invitamos a descubrir, aprender y compartir en un recorrido que celebra nuestra cultura, nuestras raíces y nuestro talento, poniendo especial énfasis en la importancia de las artes escénicas. Anímate a participar y a vivir momentos inolvidables en compañía de toda la comunidad, disfrutando del poder transformador del arte en todas sus formas.
“Arte y territorio” es una iniciativa que nace en la Comarca de la Sidra con un propósito claro: hacer frente a la soledad no deseada, tanto en personas mayores como en jóvenes, a través del arte y la participación comunitaria.
El proyecto, impulsado por el Ayuntamiento de Villaviciosa y el programa “Rompiendo Distancias”, y con la colaboración de las asociaciones Cubera y Los Glayus, apuesta por unir generaciones, fomentar nuevas relaciones y mejorar el bienestar emocional. ¿Cómo? Usando la música, el teatro o la danza como herramientas para conectar a las personas y dar vida a las historias del territorio.
Se trata de poner en valor lo que somos y de dónde venimos, conocer mejor nuestro entorno y construir juntos un presente y un futuro más creativo, humano y compartido.
El Festival Arte y Territorio de este año tiene como principal propósito redescubrir la historia y el arte de dos lugares emblemáticos de Villaviciosa: Lugás y Amandi.
“Los poco más de tres kilómetros que separan Llugás de Amandi son un paseo por las mentalidades que guiaron a nuestros antepasados. Los principales hitos del itinerario recuerdan la importancia de la cultura cristiana en nuestra sociedad, pero también nos ofrecen hilos particulares de los que tirar para imaginar las sociedades humanas que recorrieron estos caminos, que ocuparon estos mismos espacios antes que nosotros.
Las iglesias actuales de Santa María de Llugás, San Xuan d’Amandi se levantan con apenas un siglo de diferencia, entre el XII y el XIII. Cada una nos abre ventanas singulares a diferentes momentos de nuestra cultura, o vínculos con lugares aparentemente inesperados como la ruta de Pajares hacia la meseta o la de la mar hacia las costas bretonas de Francia o Inglaterra. A nuestro paso irán confluyendo también numerosos arroyos camino de una ría que abraza todas las aguas del valle.
Llugás recuerda a los luggones y quizás una devoción hacia deidades más primitivas como la luz, el dios Lug, fuente de vida. El territorio de este pueblo prerromano sigue vinculado al santuario, pues más de una veintena de concejos asturianos ubicados en su antiguo asentamiento siguen acudiendo en peregrinación entre septiembre y octubre.
Amandi conserva el templo más rico, desde el punto de vista artístico, de nuestro paseo. La devoción por San Juan Bautista invita a pensar en raíces visigodas, aunque el edificio actual se levanta a la vez que el monasterio de Valdediós, que contaba con el patrocinio del propio rey Alfonso IX y su esposa Berenguela. La ordenación territorial de la Edad Media reparte funciones y vasallajes entre los feudos monásticos y las parroquias, con unos vecinos que rinden cuentas en paralelo a Dios y a su señor.
Ambos espacios quedarían más tarde subordinados a Villaviciosa, cuando la Pola de Maliayo va ganando capitalidad al abrigo de una nueva sede parroquial. Santa María del Conceyu o de La Oliva habla ya de una nueva sociedad a partir de los propios vecinos. Porque el conceyu es reunión de personas, que pueden juntarse para discutir y resolver los asuntos serios del colectivo, o que pueden hacerlo como nosotros ahora con este paseo, de manera sencillamente festiva”.
(Ángel Valle, Asociación Cubera)