Un espacio para facilitar la apertura de la voz a través de prácticas psico-emocionales y corporales, acompañado del sostén del canto grupal, promoviendo la liberación, el autoconocimiento y la conexión con la propia expresión genuina.
Contrario a la creencia de que cantar es un don exclusivo, el canto es una capacidad humana potencial, que puede desarrollarse con práctica y guía adecuada. Las tradiciones indígenas de todo el mundo nos enseñan que el canto es una herramienta comunitaria y espiritual: sirve para transmitir enseñanzas, abrir ceremonias y conectarse con lo invisible.
Desde un enfoque integral, la voz puede explorarse en tres dimensiones interconectadas:
Física: el cuerpo material, respiración, postura y proyección vocal.
Psico-emocional: creencias, pensamientos y emociones que influyen en nuestra expresión.
Espiritual: la dimensión sutil, origen de muchas tensiones físicas y emocionales.
Muchas dificultades en el canto, como la afinación, la respiración limitada o la tensión muscular, pueden originarse en bloqueos emocionales o creencias limitantes. Este taller propone prácticas para reconocer y liberar estas interferencias, permitiendo que la voz fluya de manera más auténtica y profunda, dejando que la dimensión espiritual se revele de manera natural.